El silencio

El ácido más corrosivo es el silencio...
aquel que mientras esperas te perfora el alma,
sacude tus sentidos e hipnotiza tu coherencia.
Voces mudas...ojos ciegos.
Silencio de los que se conforman,
silencio de los que hablan sin sentido,
opiniones ignorantes de los que desconocen.
El silencio grito enmudecido del miedo,
instrumento de tortura e inquisición del diálogo.
Parido para esquivar la verdad e ignorar la realidad.
Mosaico de colores convertido en reflejos rotos por el silencio
Palabras...palabras con sentido, pronunciadas en voz tenue y segura,
criptonita del silencio, disparan contra el silencio,
brillo de los destellos de un sol en el rostro de lo eterno.

En algún lugar

Acabo de volver de un viaje excepcional y quisiera compartirlo con vosotros. Aún sigo perpleja, aturdida por tantas emociones y valores encontrados, no se muy bien como empezar  tengo la mente entumecida y me cuesta volver a esta realidad. 

He podido visitar un lugar donde tú escoges, no te escogen... no existen normas solo las que los corazones puros sientan gritar, no son necesarias, pues nadie teme ni padece...no existe el dolor ni la desesperación o el odio, la envidia, lo cruel, la tortura o el despotismo. Amigos no imagináis como es ese lugar...

Un lugar donde el hecho de nacer no implica morir y el hecho de vivir no significa tener suerte, simplemente sentir, donde las lágrimas son purpurina y el gris es un color más.

El silencio es escogido y las palabras aún más, igual que la soledad. El tiempo no te envejece, te da sabiduría y respeto para saber que  lo que tomas debes agradecerlo en forma de legado.

En ese lugar lo más importante es la historia que se escribe de la realidad vivida, pues son los libros que los niños leen, y ellos son el seguro de la continuidad del lugar, de la existencia de lo puro.

Amigos míos...os invito a soñar y a vivir vuestros sueños,  hacer de ellos una realidad para que en el futuro nuestros hijos no tengan que soñar... solo VIVIR.
No te conformes con un sueño si puedes tener una realidad.

Despertares

Me despierto abro mi ventana sobre la que lloré la noche de antes...
todo parece tranquilo, excepto que tú sigues en mi cama y yo te siento lejos.
Permaneces en mis sentidos, sin aliento y con nostalgia.
Destrozas mi corazón, para cambiarlo por tu verdad y razón,
aquella que tiene peso en tu seso y que no contempla mi sentido ...
desmigas mi conciencia para dejarla en el vacío y pintas de locura mi cordura.
Te miro, esperando encontrar todo aquello que me dejaste ver un día...
todo aquello de lo que me despojas día a día.
Un día despertaremos en el mismo lecho y no nos reconoceremos,
como gaviota y gavilán seremos , en rumbos y sentidos diferentes volaremos.

Vamos  hacernos un favor...¡¡despertemos!!
pero para sentirnos cerca, para acariciarnos.
Prometamos alas iguales a nuestros sueños,
pintemos del mismo azul nuestro cielo y que sea el mismo sol el que brille para los dos.
No dejemos que se apague la luz e iluminemos todos los rincones.
Quitemos las piedras del camino, cogidos de la mano y mirando al futuro...
para regalarle una sonrisa y pedirle que nos espere a los dos,
juntos, como si fuéramos uno, para cumplir nuestra promesa...

Este será nuestro trato...nuestra promesa ...
la sellaremos con el brillo de nuestra primera mirada...
la firmaremos con las manos de  nuestra caricia  primera.
Te quiero...

Flor de invierno

Me dices, me cuentas, cuánto dolor tienes en tus sentidos. Intentas que vea tus lágrimas, que dibuje tus alas y que te las entregue. Buscas en mi cabeza la respuesta que vive en la tuya  y en mi voz el eco de tu llanto.

Amiga mía...todo eso lo tienes tú, lo guardas como un secreto que te niegas a conocer y que oculta a tu ser.

Desnúdate, despójate te los harapos que te hacen vestir, abre tu armario y escoge el vestido más bonito, el que más colores tenga y el que menos pese...vístete con sedas, vaporosas y transparentes que te permitan ver tu cuerpo y que te dejen ser tu alma.

Pequeña flor de invierno...erguida y de majestuosa belleza...y aún crees que eres débil, resistiendo al duro invierno, doblando tu tallo para que el viento no lo parta y cubriendo de latencia tus raíces. 

Tres gotas de agua alimentan tu aliento, agárrate a ellas, son tu forma y tu fuerza. Mira en lo más profundo de ellas y verás sus ojos y escucharás sus voces gritando que te levantes, que el sol mira desde lo más alto aunque las nubes no te dejen verlo.

Amiga mía...cuenta tus sueños vividos y esos momentos que te hicieron sonreír, la primera mirada al amor, súmalos y resta al resultado la tristeza elevada al dolor, el resultado es lo que no tienes que continuar siendo  hoy,  para poder ser mañana.

Para ti...amiga mía, para que esas lágrimas se conviertan en sonrisas...siempre estaré a tu lado.

La locura es...

...el placer de poder amarte,
de transformar mi sueño por ti en la realidad de lo cotidiano,
de intentar escalar por los rincones de tú mente,
alcanzar la cima de tus pensamientos y que tú seas mi verdad.
La locura es...
averiguar tu cuerpo, dibujar tus sueños y dormir en tu pecho.

Siempre he estado contigo, y aún no sabes quién soy.
Yo reconocí tu rostro en cada mirada que hallé,
vi tus ojos en cada rostro que miré...y te encontré.
Y tú que tantas veces me has visto,
no sabes quien soy y no me quieres encontrar.
La noche se desbordará y el día se hará pequeño,
 sino estás conmigo
...búscame hasta la locura.

Si estás lejos... no pienso, mi cama tiempla y mis brazos se marchitan,
si estas cerca... me enfureces, me desorientas...me enloqueces.
Cuanta locura por seguir manteniendo mis suspiros en mi garganta,
que derroche de amor escondido...
¿cómo te lo puedo contar?
¿Con  la sonrisa que ves  a diario?, ¡no!,
 solo oculta lágrimas negras, derramadas en silencio,
en la oscuridad de mis noches y en el frío de mi cama.

Placer oculto entre mis manos...besos rotos y pintados en tu foto,
ansiedad disfrazada de amistad, con colores de lujuria.
Caricias imaginadas en un espejo...rosas negras para un amor oculto.

Tengo ganas...

Tengo ganas de mirar al horizonte y ver esperanza.
Tengo ganas de mirar el presente y saber que puedo prometer a un niño su futuro, y que en su corazón solo hay lugar para sonreir.
Tengo ganas de estar contigo...

Me gustaría poder cambiar las miradas vacías por el brillo de la luz,
estar en todos los lugares y abrigar al que tiene frío.
Me gustaría decirle a mi hijo que duerma tranquilo.
Me gustaría poder abrazar a mi padre y que me contara un cuento,
ver a mi madre y acariciar su pelo.
Me gustaría pasar la vida contigo...


Voy a creer en lo que hago, pienso y digo.
Voy a buscar la tolerancia para ponérsela de comer al ego.
Voy a escribir la paz para poder leérsela a la guerra.
Voy a luchar por crecer cada día,  y no me alcance la ignorancia.
Voy amarte cada día...

Para todos los que creen que pueden hacer.

¿Jugamos a ser rebeldes?

No dejaremos que el telón de la rutina caiga sobre nuestro escenario, protagonizaremos nuestra mejor obra pero sin guión...

Empezamos por sacarnos las telas de araña de los perjuicios, tiramos al cubo de la basura lo establecido y construimos nuestro propio calendario.

Al reloj le damos la vuelta para que gire al revés mientras cambiamos los días por abrazos y los años por compañía...¿Que te parece, vamos bien?

Llamamos a ese amigo que un día dejó de serlo y le contamos un chiste, nos reímos con la vida para no llorar con ella.
Abrimos esa caja donde guardamos lo que nos quedó por hacer y cambiamos  su contenido por hacer.
No peinaremos nuestro cabello para estar más guapos, no compraremos el perfume más caro para oler mejor y no maquillaremos nuestro rostro para no ser nosotros...nooo!!!, nos peinaremos por dentro para ordenar el interior, nos perfumaremos con la esencia de vivir y dejaremos nuestro rostro como es, bonito, puro, natural, lo que somos.
Usaremos ropa con la única marca de estar desnudos, solo nos vestiremos con la marca de nuestra piel...
¿Y bailar?, todos necesitamos bailar, expresar nuestros sentimientos bailando, qué más da si lo hacemos peor o mejor...y además ¿quién puede valorar eso? Exprésate, muévete, estírate...relájate, utiliza el sentido de vivir para existir, no dejes que se oxide tu yo.
Pondremos flores en nuestro jardín, de mil colores y de mil olores...así daremos color a nuestra vida y dibujaremos con los colores de esas flores el jardín de los que amamos y no conocemos..
No vale señalar cuando hablamos de amar, no podemos desistir cuando se trata de seguir y no vale renunciar solo elegir.
Si nos preguntan el cómo, solo opinaremos sobre como expresar, y cómo elegir , pero no como vivir...
eso será lo rebelde, escoger realmente como seres únicos como vivir.

¿Qué me pides que te cuente?

Tengo un montón de palabras para ti, acércate, no tengas miedo... acompáñame,  yo acabo de llegar y tú aún sigues allí.

Me desnudo de mi carne y me visto con mis huesos...para regalarte mis sueños.

¿Qué quieres que tenga para ti?, ¿qué quieres leer?...mi cordura o mi locura,

mi cordura es lo inherente, y tú no crees en ello,  mi locura es tu perfume y aún puedo olerte.

¿Quién crees que soy exactamente?

Te dejo mi piel, mis recuerdos,mi nombre, para que lo averigües, mi puzzle de deseos...mis besos.

 Yo no  necesito nada de todo eso,  porque lo que soy lo llevo tatuado en mi  existir, me tengo que inventar, tengo que ser lo quiero, morder la vida y dibujar mis sonrisas.

Quisiera haber tenido más lo que he querido, disfrutar del sonido del silencio y de la luz en la oscuridad.

Siento en mi interior hormigas que pican en mi alma,  mariposas que me despiertan cuando duermo y puñales que me torturan cuando dejo de pensar.

Pienso en ti como universo,en lo que eres en mi, en todo mi ser, en un universo en el cual mi yo es imperceptible.

Pienso en lo que tuve y solo me duele cuando yo no lo escogí...

Invento un ser que no tenga nada que ver en la luz....quiero ver en la oscuridad, pensar que nada es como es y que la realidad está aún por descubrir...¿me acompañas?

Luciérnagas en mi jardín

  El sol calentaba mi cara, llevaba andando mucho tiempo y sin encontrar nada que me pareciera interesante, estaba a punto de sentarme para descansar, aunque mis pies no estaban cansados pero mi cabeza andaba bastante confusa, no podía ordenar mis pensamientos y eso me aturdía. Escuché un sonido que provenía de entre los arbustos, me acerqué a comprobar que era, separé las ramas una a una y seguía escuchando ese leve sonido que casi era como una voz, un susurro. El camino cada vez era más espeso y torpe de andar, por un momento pensé que me había perdido, pero que tontería si nunca supe a donde iba, ¿cómo iba a perderme? 

  El susurro había desaparecido y cuando me disponía a dar la vuelta algo me hizo caer, no sé cuantas vueltas di sobre mí misma, he intenté agarrarme a cualquier rama o saliente para dejar de caer, pero todas se partían con mi peso, hasta que al fin paré. Me levante del suelo conté mis heridas, saque los pinchos de mis manos y sacudí la tierra de mi vestido. Cuando pude prestar atención a mi alrededor me encontraba en una tierra de color rojiza, parecía fértil y olía a húmedo, no habían flores ni tampoco arbustos, pero atrajo mi atención un olivo que parecía tener muchas primaveras. Algo me decía que había encontrado mi sitio, sentí que mi búsqueda  por el momento había cesado y que debía descansar en esa tierra roja.

  Poco a poco fui curando las heridas que aquella torpe caída me había ocasionado, algunas tan profundas que aún hoy cuando llueve me duelen, aunque gracias a esa caída encontré mi tierra roja. Construí mi jardín, planté muchas flores y sembré muchas semillas. En mi jardín crecía todo incluso lo que yo no plantaba y el viento me regalaba. Me encantaba podar el viejo y majestuoso olivo que tan elegantemente me había dado la bienvenida la primera vez que pise esas tierras rojas.

  Un día como si de la nada recibí una visita inesperada, un hermoso pájaro con alas enormes, pico redondo y vestido de mil colores, algunos incluso no lo has había visto nunca hasta ese día, estaba posado sobre una de las ramas del olivo. Por sus plumas deduje que era  muy joven, aún no las había cambiado. Decidí hablar con él y presentarme, no parecía tímido pero si temeroso. En los posteriores días el hermoso pájaro fue yendo y viniendo, cada vez se quedaba más rato para hablar conmigo, parecía gustarle escucharme y sobre todo nos divertíamos juntos. Una vez de las que volvió a visitarme, ya no se marchó, decidió quedarse conmigo incluso hicimos un pacto de incondicionalidad. Todo parecía indicar que no solo tenía mi jardín sino que tenía con quien compartirlo y cuidarlo...decidí llamarlo Amor.

  Las estaciones pasaban por mi jardín, con los duros abrazos del invierno, los cálidos besos de la primavera y fogosidad del verano...
  Una mañana desperté y apenas podía abrir los ojos, note un puñal en el corazón, miré hacia el viejo olivo y me di cuenta que hacia tiempo que ya no se podaba, Amor estaba en unas de sus ramas...cambiado...en el lugar donde antes habían habido plumas de colores ahora eran grises, su pico era puntiagudo y culpable de ese puñal en mi corazón, intenté hablarle pero solo conseguí aburrirle, ya no le gustaba escucharme, es más ni si quiera me miraba, solo contemplaba su grandeza en la oscuridad de mi alma y mi tristeza. Amor cada vez venia menos a verme,  la luz de mi jardín se estaba apagando y en la oscuridad de él solo podía ver luciérnagas, que me indicaban que debía volver al camino. Aquella tierra roja se volvió negra y gris como las plumas de Amor y todo indicaba que allí ya no volverían a nacer las flores que un día planté, tenía que volver a caminar y como antes sin miedo a perderme porque de nuevo no sabía a dónde iba.

Vamos a dar un paseo...amigo.

  ¿Me coges de la mano y damos un paseo? 

  Grítame, si en este paseo, te suelto de la mano y me despisto mirando hacia otro lado mientras tú me estás hablando, yo te pellizcaré cuando crea que mirar hacia la nada.

Acuérdate de coger el plano del pasado que nos permitirá hacer reformas en el presente y construir el futuro.

En este paseo nuestros pasos serán lentos pero firmes, no te prometo que todo lo que veas te guste, pero sí te prometo que estaré contigo. Dicen que hoy lloverá, que el sol no brillará y que será un día gris, si es así, nosotros sacaremos una sonrisa del corazón, de esas que pintan un sol y un cielo azul.

Vamos al parque donde están los columpios del pasado, allí hablaremos del presente mientras contemplamos el futuro. Vayamos al rincón del primer beso, sentémonos en el banco de nuestros triunfos y hagamos un nudo a nuestros fracasos. 

Más tarde, si quieres, podemos ir a la estación y coger el tren para dar un paseo por las nubes, yo te enseñaré mis sueños y tú me enseñaras los tuyos. 

Este paseo posiblemente sea largo, tanto como duren nuestras vidas, así que agarra fuerte mi mano que yo no soltaré la tuya.

Fabrica un libro de sonrisas

Todos nos hemos parado delante de la sonrisa de un bebé, que es como un grito a la vida o la de un niño que al sonreír lanza su sueño al mundo. 

Recuerdas al amigo que sonrió después de haber llorado contigo, y sonríes...o en aquel momento de tu vida amargo que sólo una sonrisa borró tu lágrima. Simplemente piensa en el primer beso, la primera vez que bailaste, el viaje de fin de curso o simplemente en un ser querido...¿verdad que estas sonriendo?

Sonreír viene antes que reír, es incondicional y puede ser el mejor y el más puro de los regalos.

Antes de que pase algo bueno, primero viene una sonrisa y cuando estamos a solas y de repente un hermoso recuerdo nos acompaña, siempre  se adelanta una sonrisa.
Para que no olvidemos sonreír fabriquemos un libro de sonrisas, con todos esos buenos recuerdos que nos hicieron sonreír, para después poder escribirlo, y para que siempre que nos falte una sonrisa podamos leerlo.

¡¡¡SIGUE SONRIENDO!!!

Ahora sé lo que nunca volveré a ser.

Luché en un viejo barco que no llevaba timón y dejé que el viento me guiara. Sin brújula ni calendario, solo un diario y una carta que había escrito hacia tiempo y que me recordaba quien era. Creí ser el capitán y ni siquiera llevaba tripulación, navegaba sola, siendo un polizonte de mis sueños que se movían como las velas del viejo barco, con el viento.

El viaje fue más largo de lo que me prometí a mí misma, las noches eran tormentas en las que pensaba que no sobreviviría, que alguna sería la última, pero por la mañana brillaba el sol y el mar me daba tregua para poder escribir en mi diario, para poder reencontrarme con mi único amigo.

Pasé muchos años en ese viejo barco hasta que un día al despertar y mirar al cielo vi un reflejo, como si de un espejo se tratara, era yo!!, mi imagen, fue entonces cuando ocurrió, una enorme ola se levantaba sobre el barco, pero esta vez iba a ser diferente no me agarraría a nada, estaba decidida a que esa enorme ola me expulsara del barco. 

Cuando desperté unos pequeños deditos se entrelazaban con los míos y acariciaban ni pelo, abrí los ojos y vi un sentimiento que no conocía, con rasgos de fuerza e indumentaria de esperanza, el suelo ya no se movía bajo mis pies, estaba en tierra firme. Mis sueños dejaron de moverse con el viento, mi cuerpo cansado y frágil se vistió con la arena de aquel naufragio y el mar borró las palabras escritas en mi diario, así que ahora, acompañada por esos deditos y por mi diario en blanco me disponía a volver a escribirlo, pero esta vez lo haría caminando y con nuevos latidos.

Luché por mi trozo de mar...lucho por mi trozo de tierra y obtendré mi trozo de cielo.

A mi hijo Ángel, para que él nunca pierda la fuerza ni la esperanza.