unos tacones transparentes ocultan la delgadez de mis tobillos
y una foto en mi cama me dice que soy en blanco y negro.
Espalda mojada y pecho doblado,
orgullo desconocido en el grito del silencio.
Un silencio en el que escucho mi alma
un latido tras otro latido
esperando quizás que se apague
pero vuelvo a encender la luz ...
y se apagan mis demonios.