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sábado, 16 de febrero de 2013

Algo para recordar


El perfume de los recuerdos.



   Subiendo por las escaleras el perfume del mediodía me recordaba que mamá estaba  en la cocina, era capaz de distinguir el olor de sus guisos entre un millón.
Corría hacía el lavabo y con el jabón que tan incómodamente se metía entre mis uñas frotaba mis manos, hasta entonces solo sucias por la arena del patio a la hora del recreo.
   Esperaba a papá intentando colar mi cabeza por los barrotes de la barandilla de una terraza que siempre estaba  bañada por  el sol. Aún recuerdo el sonido de sus zapatos pisando la arena del parque  que había antes de llegar a casa.
   Papá era una persona de figura esbelta, muy delgado y deteriorado por su enfermedad y el paso de tantos cumpleaños. Su rostro te recordaba cuanto se pude sufrir en la vida,  pero sus ojos te decían cuanto de feliz puedes llegar a ser también en ella. Lo que era más importante es que su corazón  sabia como querer y cómo amar .Su vida nunca fue fácil, por lo menos hasta que conoció a mamá, esa mujer que amó hasta el final. Un amor tan incondicional y profundo que alargo su vida e hizo posible que resucitará tantas veces. Su carácter recordaba al de un alto mando del ejército , de hecho mis amigas pensaban antes de conocerme que lo era , yo solía reírme de esos comentarios, papá era todo corazón , incapaz de cruzarse con una hormiga y no decirla hola, pero entendía  que ellas lo vieran así, bueno digo ellas solo por simplificar, porque casi todo el mundo lo veía así .
       Supo ganarse el respeto y la confianza de quienes tuvimos  la suerte de poder  estar con él, y bien sabido era que tenía un carácter difícil , sus experiencias se encargaron de que fuera así  .Mucha gente dependíamos de papá, aunque unos no lo sabíamos y otros les costaba reconocerlo .Frente a los problemas mostraba una serenidad que sólo podía ser fruto de tanto cálculo y mucha seguridad, tanta que a su lado sentía que jamás nada malo me sucedería, y mientras él vivió así fue, luego las cosas cambiarían…

       Nuestra familia era como tantas en aquellos años,formada por cinco miembros, papá, mamá, mis dos hermanas y yo, la mediana de las tres y siempre en tierra de nadie. Solo existía una diferencia, siempre faltaba algo, eramos como un puzzle enorme al cual le faltaba la última pieza.
      Existía un gran secreto muy bien guardado, un secreto que marcaría un antes y un después en esa modesta y humilde familia. Muchas veces sentí que podía y que debía hacer un montón de cosas, todas ellas diferentes, estaba segura de poder conseguir lo que me propusiera, con lo que no contaba era con que después de esos maravillosos años de infancia,  ocurriría…pero eso es otra historia...

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