unos tacones transparentes ocultan la delgadez de mis tobillos
y una foto en mi cama me dice que soy en blanco y negro.
Espalda mojada y pecho doblado,
orgullo desconocido en el grito del silencio.
Un silencio en el que escucho mi alma
un latido tras otro latido
esperando quizás que se apague
pero vuelvo a encender la luz ...
y se apagan mis demonios.
Impactante poema, América. Siempre debemos encender una luz. . .Un perfumado abrazo,amiga.
ResponderEliminarGracias amiga por comentarios tan hermosos y motivadores...mil abrazooooosss!!!
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