Nota: para una mejor visualización del blog es mejor abrirlo desde el buscador Google Chrome.

miércoles, 29 de febrero de 2012

El tiempo no se detiene aunque el reloj esté parado

       Hace unos días que llevo dándole vueltas a una conversación que tuve con  una amiga cuando la llamé para felicitarla por su cumpleaños. 
     Después de un rato de conversación pude percibir por su tono de voz, que estaba rara, triste, como abstraída... no pude por más e interrumpí la conversación para hacerla una pregunta. Habíamos hablado millones de veces antes de ese día y jamás lo hicimos como en ese momento, de cosas tan vacías y banales.
 La pregunté:
-¿Qué te ocurre?, tú estás hablando conmigo, pero yo tengo la sensación de estar hablando por primera vez  con alguien que no conozco.
A lo que ella, con una voz tenue y entrecortada, me contestó:
-Pensaba que no se notaría tanto, que sería capaz de disimular mi ansiedad y vacío. Hoy cumplo 50 años, mis hijos son mayores, casi autónomos, es decir, siento como si ya no me necesitaran. Mi marido se levanta, va al trabajo, vuelve, hablamos de cómo nos ha ido el día y poco más, cenamos, vemos la televisión, nos vamos a dormir y al día siguiente más de lo mismo. No nos va mal como familia, pero en muchas ocasiones parecemos extraños que simplemente comparten el mismo espacio para vivir.
He acompañado a mis hijos en su educación y crecimiento, con mi marido he intentado estar a su lado, obsequiarle con mi tiempo, un tiempo que no tenía ni para mí misma. Me olvidé de mi, y sí, ahora tengo tiempo y encima lo invierto en pensar en lo que no hice ayer...paré mi reloj cuando me casé y tuve a mis hijos, incluso planté más de un árbol, pero me olvidé de pensar que el tiempo no se detiene y ahora creo que debo empezar a escribir mi libro, mi historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario