Flor de invierno

Me dices, me cuentas, cuánto dolor tienes en tus sentidos. Intentas que vea tus lágrimas, que dibuje tus alas y que te las entregue. Buscas en mi cabeza la respuesta que vive en la tuya  y en mi voz el eco de tu llanto.

Amiga mía...todo eso lo tienes tú, lo guardas como un secreto que te niegas a conocer y que oculta a tu ser.

Desnúdate, despójate te los harapos que te hacen vestir, abre tu armario y escoge el vestido más bonito, el que más colores tenga y el que menos pese...vístete con sedas, vaporosas y transparentes que te permitan ver tu cuerpo y que te dejen ser tu alma.

Pequeña flor de invierno...erguida y de majestuosa belleza...y aún crees que eres débil, resistiendo al duro invierno, doblando tu tallo para que el viento no lo parta y cubriendo de latencia tus raíces. 

Tres gotas de agua alimentan tu aliento, agárrate a ellas, son tu forma y tu fuerza. Mira en lo más profundo de ellas y verás sus ojos y escucharás sus voces gritando que te levantes, que el sol mira desde lo más alto aunque las nubes no te dejen verlo.

Amiga mía...cuenta tus sueños vividos y esos momentos que te hicieron sonreír, la primera mirada al amor, súmalos y resta al resultado la tristeza elevada al dolor, el resultado es lo que no tienes que continuar siendo  hoy,  para poder ser mañana.

Para ti...amiga mía, para que esas lágrimas se conviertan en sonrisas...siempre estaré a tu lado.